Autor: Raúl Herrera, vecino de la EUCC Cerro de Alarcón
Hay problemas que se enquistan no porque no tengan solución, sino porque nadie se atreve a pronunciarlos en voz alta. En Cerro de Alarcón llevamos años asistiendo a uno de esos casos en los que la realidad va por delante de los discursos bien intencionados.
Durante mucho tiempo, la EUCC ha contado con una plantilla de 16 empleados distribuidos según funciones entre guardas (9) y mantenimiento (7). El personal tenía sentido cuando el abanico de tareas era amplio y constante. El problema es que, poco a poco, esas tareas han ido desapareciendo. No por capricho, sino por lógica, por normativa, por seguridad y en algunos casos, por simple sentido común.
Ya no se gestiona el punto limpio, cuando se gestionaba el punto limpio, los guardas se ocupaban de acompañar a los vecinos al punto limpio y verificar que se haga un uso adecuado del mismo, ahora el punto limpio se ha cerrado. Tampoco la iluminación, la misma ha sido recepcionada por el ayuntamiento de Valdemorillo. Aunque los empleados se ocupaban de cambiar bombillas o hacer reparaciones sencillas, ninguno dispone de cualificación o certificación como electricista, y además que nuestros presupuestos consideraban el coste de una empresa de mantenimiento profesional de la electricidad.
El punto de mayor peso en nuestras cuentas y en nuestros hogares cuando no teníamos servicio, la reparación de averías de agua sanitaria, también ha pasado a mejor vida. Durante años se hicieron reparaciones a cualquier hora, acumulando días libres y horas extra, incluso en fines de semana. Y durante años se trabajó con tuberías de amianto, con una formación escasa, con EPIS deficientes y sin el asesoramiento adecuado por parte de las empresas/asesores contratados por esta urbanización. Como vecinos, no deberíamos volver a permitirlo.
Ahora se quiere automatizar el control del depósito de agua, otra de las tareas diarias de los empleados. Tecnología básica en 2025, pero suficiente para eliminar una función más del día a día.
Y llegamos a la caseta de entrada, ese pequeño símbolo de lo bien que sabemos confundir lo necesario con lo cómodo. La guarda de la garita y la entrega de paquetería no son funciones propias de una EUCC. Son servicios agradables, sí, pero impropios. No se puede obligar a todos los vecinos a pagar una cuota para sostener algo que no forma parte de las obligaciones administrativas de una EUCC. Quien quiera ese servicio, que lo paguen entre ellos. Sin trampas ni disfraces contables.
Así que hagamos el ejercicio incómodo: ¿qué trabajo real queda para 16 empleados de mantenimiento?
Uno: las zonas verdes. La poda de los plátanos en invierno ocupa tres/cuatro semanas largas al año. El desbroce y la fumigación antes del verano concentran el grueso del trabajo en dos o tres meses. Alta temporalidad, baja carga estructural.
Dos: las depuradoras, requieren una formación específica, EPIS adecuados, y prevención de riesgo laboral continua. Todo apunta a lo mismo: este servicio debe estar externalizado y gestionado por una empresa profesional. El presupuesto de la EUCC contempla la contratación de una empresa externa para hacer el mantenimiento y controles legales/normativos que competen en este tipo de instalaciones.
Tres: la recogida de paquetes por parte de nuestros empleados y la custodia de los mismos, sumado a la pseudo vigilancia que se pretende con la garita y la barrera (no cumplimos la ley 5/2014 de Seguridad Privada). Son actividades que deben finalizar de inmediato, por tratarse de un gasto impropio y por estar fuera de la ley.
La conclusión es incómoda, pero evidente: sostenemos una estructura de personal que ya no responde a las necesidades reales de la EUCC. Además, no contamos con el asesoramiento adecuado sobre capacitación, certificación del personal y manejo del mismo. Cabe destacar en este punto, que contamos con un jefe de personal y un suplente. En este punto debo destacar que las funciones están muy claras (documentación firmada, indicando responsabilidades, funciones, y remuneración económica extra), pero nada de esto se ha ejecutado desde la firma de dicho acuerdo. También como vecinos, nos falta información y transparencia en la gestión, al menos deberíamos conocer los trabajos que ejecutan nuestros empleados y los recursos consumidos.
El gasto directo en personal ronda los 600.000 euros. Pero si sumamos herramientas, maquinaria, vehículos, combustible, ropa de trabajo, gestoría laboral, prevención de riesgos, administración y demás costes asociados, nos acercamos peligrosamente a los 700.000 euros anuales.
Sin embargo, tenemos un problema más, no tenemos capacidad para gestionar el personal. Me consta que en la garita y en mantenimiento, tenemos personas con empuje, iniciativa y los más importante, ganas de trabajar, pero se opacan con las voces de quienes gritan más fuerte y tienen ganas de confrontar para defender su comodidad personal. Tampoco contamos con el asesoramiento adecuado en prevención de riesgos laborales (pagamos por ello, pero el servicio a vista de los ocurrido con las reparaciones del agua, no es eficiente). Tampoco contamos con un sistema de registro de horas confiable (me he tomado el trabajo de evaluar las horas del personal en 2024 y parte del 2025, donde parte de los empleados nos deben horas y sin justificación aparente). Tener en cuenta que el santo día, que el ayuntamiento (Navalagamella y/o Valdemorillo) nos recepcionen, los empleados quedaran fuera y nosotros deberemos pagarle su finiquito, tenemos idea del monto que deberemos afrontar.
No podemos mirar solo a los Ayuntamiento. También debemos mirarnos a nosotros mismos. Durante años hemos construido nuestro pequeño cortijo, cómodo, silencioso y caro. Pero los músicos han empezado a dejar de tocar y fingir que la fiesta continúa no es una opción responsable.
La solución es tan sencilla como drástica: evaluar los puestos de trabajo, determinar las necesidades de mantenimiento de la EUCC y ajustar la plantilla acorde a ello. Eliminar drásticamente los gastos impropios, ajustarnos a la ley y objeto de la EUCC o seguir dilatando la situación actual en el tiempo, manteniendo en nómina aquellas personas que no desean trabajar en mantenimiento, y dejar que el problema explote más adelante, cuando ya no haya margen, recursos, ni dignidad para nadie.
Esto, precisamente esto, es lo que se puede llevar al Ayuntamiento para negociar la recepción. Un modelo claro, profesional y sostenible de EUCC. Sin parches. Sin autoengaños.
Gobernar una EUCC no es mantener ficciones. Es tomar decisiones. Incluso cuando duelen.
¡Gracias por leernos!
Algunos vecinos de la EUCC Cerro de Alarcón están haciendo llegar la siguiente carta a la junta directiva para exigir la desaparición de los servicios impropios. Si estás de acuerdo con su contenido, puedes sumarte a la iniciativa enviándola con tus datos a oficina@apcerroalarcon.com e inma@apcerroalarcon.com. Aquí puedes leer la carta y descargarla.
#StopEUCs. #EUCCirco


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