barrio cerro alarcón

Si en Valdemorillo se eligiera la palabra del año, como hace la RAE, en 2024 muy probablemente ganaría por goleada el adjetivo ‘impropio’. Porque en el caso de nuestro municipio, ese calificativo tiene más utilidades que una navaja suiza: lo mismo te sirve para definir —sin ofender— esos gastos de las juntas que exceden sus estrictas competencias de conservación y mantenimiento como el hecho de que el ayuntamiento asiente un corral de cabras en mitad de una urbanización —Ampliación Cerro Alarcón— incumpliendo su propia ordenanza de tenencia de animales.  

¿Y hasta ahí? Pues no. Porque impropio es también que no se conteste la mayoría de los requerimientos de los vecinos o que no se hagan cumplir los que sí se contestan, como es el caso de los recursos resueltos contra las actuaciones de algunas juntas. 

Impropio es que se pretenda reconvertir por arte de birlibirloque a los conserjes de toda la vida en personal de mantenimiento o —mejor aún— en ¡policía de mantenimiento!, saltándose sus contratos y su convenio a la torera, que para algo este pueblo es muy taurino. Nos los imaginamos ya con gorra y silbato persiguiendo tuberías y farolas infractoras. 

Impropio es que una junta rectora no informe a los miembros de su entidad de las decisiones que adopta en su nombre y con su dinero; casi tanto como que el órgano tutor, el ayuntamiento, lo critique, pero no lo remedie. 

Impropio es vivir en entidades de más de 40 años cuando sabes que en Móstoles, bajo idéntica legislación, un juzgado ha ordenado disolver una EUCC de ¡solo 12 años! El sentimiento de genuina envidia que nos genera se suma al que sentimos en 2023 al saber que el consistorio de Robledo de Chavela había terminado de disolver todas —repetimos, TODAS— sus entidades urbanísticas.  

Impropio es que cada urbanización vaya a regirse por un convenio propio para renovar sus tuberías de suministro de agua cuando, si se recepcionaran, como se ha prometido, todos los habitantes de Valdemorillo podríamos estar al amparo del mismo convenio y la obra se financiaría mediante cuota suplementaria. 

Impropio es que más de la mitad de los contribuyentes del municipio soporten la doble imposición que suponen los impuestos locales más una cuota a una entidad urbanística para recibir —con suerte, solo con suerte — los servicios a los que está obligado el ayuntamiento… y solo esos [vamos, que no se utilicen las cuotas para, por ejemplo, financiar indebidamente un club social mientras el agua no llega con presión suficiente a los grifos].

Aunque la lista es larga, dejamos aquí el incómodo ejercicio de enumerar lo impropio que nos rodea, que se nos hace bola.  

Y, por si te apetece, te proponemos jugar un trivial-entidades para rematar el año. ¿Te animas? 

• Azul: ¿En qué urbanización ha instalado el ayuntamiento un corral de cabras contraviniendo sus propias ordenanzas? 
• Verde: ¿Cómo se quiere empezar a llamar a los conserjes de nuestras urbanizaciones para disimular su injustificable contratación por parte de una EUCC? 
• Marrón: ¿En qué municipio de la Comunidad de Madrid se ha disuelto una entidad urbanística de solo 12 años?  
• Amarillo: ¿Podríamos todos los habitantes de Valdemorillo estar bajo el mismo convenio del agua si se recepcionaran las entidades? 
• Naranja: ¿Qué otra localidad de nuestra región terminó de disolver TODAS sus entidades urbanísticas en 2023? 
• Rosa: ¿Qué te parece lo más impropio de todo lo que ocurre con las EUCCs de Valdemorillo?  

Respuestas: 

• Azul: Ampliación Cerro Alarcón 
• Verde: Policía de mantenimiento 
• Marrón: Móstoles  
• Amarillo: Sí 
• Naranja: Robledo de Chavela 
• Rosa: Respuesta libre 

Te deseamos y nos deseamos un 2025 en el que la palabra que brille con luz propia sea, por fin, DISOLUCIÓN, la (di)solución que merecemos 

¡Gracias por leernos!

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