El Defensor del Pueblo reprende con firmeza al consistorio por no atender sus requerimientos
Última oportunidad. El Defensor del Pueblo ha mostrado algo más que enfado al ayuntamiento de Valdemorillo por no contestar las repetidas comunicaciones que la institución le ha dirigido por la queja de unos vecinos interpuesta ¡hace mas de un año!
El Defensor anticipa que, de persistir en su silencio ante el último requerimiento remitido, incluirá una referencia negativa sobre el ayuntamiento de Valdemorillo en el informe anual que eleva a las Cortes Generales, y podría (¡agárrate!) declarar su “actitud hostil y entorpecedora”.
No sé si consuela saber que este Ayuntamiento no sólo no contesta a los vecinos de a pie, sino que tampoco lo hace a altas instituciones, como el Defensor del Pueblo. En mi caso, confieso que no.
El Defensor en este momento no entra en el fondo del asunto, sólo en la falta de respuesta, que contravendría lo previsto en los artículos 18.2 y 24.1 de la Ley Orgánica que regula la figura del Defensor del Pueblo.
No está de más, no obstante, recordar el motivo de la queja que fue admitida a trámite por el Defensor, y sobre la que no puede emitir el correspondiente informe porque falta la información de contraste que debe aportar el consistorio. La queja trata sobre las deficiencias en el desbroce de la entidad urbanística Ampliación Cerro Alarcón, que se arrastran año tras año. Una actuación tardía, errática e insuficiente que el ayuntamiento está obligado a controlar y, en su caso, suplir, tal y como recoge el INFOMA, el decreto de la Comunidad de Madrid que establece el Plan de Protección Civil contra incendios forestales. Por si te lo preguntas, las deficiencias persisten.
En resumidas cuentas, si nadie lo remedia este año nuestro pueblo puede acabar malamente retratado en el informe anual del Defensor del Pueblo, y remataríamos 2023 como Rosalía al salir de la discoteca: ‘coronáos’.



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